Época: Monasteriosbizantin
Inicio: Año 1 A. C.
Fin: Año 1 D.C.

Antecedente:
El arte de los monasterios bizantinos

(C) Miguel Cortés Arrese



Comentario

Los ejemplos de iglesias monásticas, así como el de la iglesia de los Apóstoles del Agora de Atenas, cercana en realización a la mencionada de Hosios Lukas o la de Nerezi en Yugoslavia, ya de 1164, revelan la constancia de un tipo arquitectónico que sobrevive en Rusia y los Balcanes a la caída de Constantinopla. Sólo va a estar sujeto a modificaciones de detalle, como la forma de los ábsides, la adición de uno o dos nártex, la incorporación o no de pórticos laterales abiertos... Su perdurabilidad se explica desde un punto de vista estructural, por la capacidad que ofrece de conferir una extraordinaria unidad al espacio interior, mientras que desde un punto de vista simbólico se vincula a la iglesia como imagen del mundo sensible, cuya forma cúbica reproduce; la cúpula, finalmente, figura la bóveda del cielo.
Por todos estos rasgos, difiere la arquitectura bizantina de esta época de la del período anterior que culminaría en Santa Sofía. Igualmente difiere del arte de otros países del entorno, de Georgia y, especialmente, de Armenia; tanto por el uso de las plantas como por el propósito de estos últimos de descargar el peso de las bóvedas de piedra en arcos doblados, en arcos que se cruzan y en arcos formeros, que en Occidente desembocará en la arquitectura gótica.

Las iglesias de piedra de Georgia y Armenia se distinguen también por su aspecto exterior, pues la escultura ocupa en ellas un lugar importante: en los tímpanos y muros de las fachadas, en las enjutas de las arquerías ciegas -recuérdense los magníficos bajorrelieves de la iglesia de la Santa Cruz de Aghtamar-. Los bizantinos, por su parte, preferirán los efectos de la policromía que obtienen a partir de un variado cloisonné, en el que no son ajenos los bloques de diferentes formas y tamaños enmarcados por verdugadas dobles y triples, los ladrillos sueltos puestos verticalmente, la argamasa de color rojo óxido, las fajas de dentículos que corren de lado a lado así como en torno a los arcos de las ventanas e incluso motivos cúficos; motivos a modo de frisos corridos, que animan el muro, conformando exteriores de gran riqueza y colorido.

Por todo ello, las arquitecturas armenia y georgiana no son bizantinas en el sentido estricto del término; se trata de familias separadas de la arquitectura religiosa del Oriente cristiano, especialmente a partir del siglo X.